1. Las acciones de prevención o intervención en la infancia y adolescencia buscarán la autonomía y empoderamiento del menor/la menor.
2. En dichas acciones, el niño/a, el/la adolescente, será principal protagonista, tanto en el proceso de descubrimiento de su propio potencial como en el proceso de construcción de su tratamiento rehabilitador.
3. El modelo de prevención e intervención se realizará desde una óptica transdisciplinar, implicando el encuentro, diálogo y trabajo entre los otros actores implicados en dicho proceso: distintos profesionales , referentes familiares y/o cuidadores, docentes, instituciones públicas o privadas del ámbito sectorial (salud, educación, social..), tejido asociativo, universidades y administraciones públicas.
4. Este modelo incluirá, de la misma forma, acciones de prevención e intervención considerando, con un enfoque holístico, las esferas cognitiva, emocional y social del/la menor.
5. Se desestimarán enfoques de tratamiento basados exclusivamente en el modelo de "déficit", y sí explorando potencialidades y competencias del/la menor atendido, de sus referentes familiares, de su grupo de iguales, etc.
6. Se insta a profesionales de las diversas disciplinas e instituciones a trabajar desde el criterio de "mínima intervención", referida referido al menor uso posible de instrumentos de valoración y tratamiento, como a la duración o extensión de dichos tratamientos.
7. Se pide, igualmente, a profesionales de las diversas disciplinas e instituciones al desarrollo de buenas prácticas que tiendan a basarse en la evidencia científica. De igual manera, y en la medida de las posibilidades, procurarán potenciar procesos de investigación en torno a los propios tratamientos, analizando la eficacia de sus propias acciones terapéuticas.
8. Las Terapias No Farmacológicas aplicadas, compatibles con las farmacológicas, consideradas como primera opción de tratamiento, serán validadas por los pertinentes instrumentos de evaluación.
9. El papel de las Administraciones Públicas será fundamental para crear o ampliar los servicios necesarios para atender conocidas o nuevas necesidades emocionales, cognitivas y sociales de la infancia/adolescencia, a través de gestión propia o concertada. Igualmente será imprescindible la participación de las Universidades, de la academia, en la formación de los profesionales y en la investigación de las citadas necesidades.
10. Finalmente, de manera inexcusable, complementaria a las consideraciones recogidas en este decálogo, se tendrán en cuenta en todo momento los códigos deontológicos de las diferentes profesiones implicadas en las Terapias No Farmacológicas que se apliquen en este ámbito.
Madrid, a 7 de Junio de 2018
JORNADA TRANSDISCIPLINAR
DE ESTIMULACIÓN COGNITIVA
EN INFANCIA Y ADOLESCENCIA
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